Decadas inestables en la Argentina: Presidencia de Arturo Frondizi 1958-1962

La presidencia de Arturo Frondizi (1958-1962) se caracterizó por un fuerte impulso a la industrialización y el desarrollo económico, promoviendo la inversión extranjera en sectores importantes como el petróleo y la energía para alcanzar el autoabastecimiento. También impulsó la educación, creando nuevas universidades y fomentando la formación técnica. En el plano político, intentó equilibrar las presiones de las Fuerzas Armadas y el peronismo, permitiendo la participación electoral del peronismo proscripto, lo que generó tensiones con los militares. Su gobierno enfrentó constantes conflictos sociales y militares, lo que finalmente llevó a su derrocamiento el 29 de marzo de 1962 tras las elecciones legislativas en las que el peronismo, a través de partidos aliados, obtuvo un gran triunfo.

Durante las elecciones de 1958, el Partido Justicialista se encontraba prohibido por el golpe militar autodenominado Revolución Libertadora que había derrocado al gobierno de Juan Domingo Perón. Él debía darle apoyo al candidato a la presidencia de la Nación, Arturo Frondizi.

El Pacto consistió en que Perón llamaría por teléfono y ordenaría a sus seguidores votar por Frondizi, y si este ganaba las elecciones, tendría que cumplir con el pacto, comprometiéndose a volver a restaurar los sindicatos y la CGT, básicamente levantar la proscripción peronista. Posteriormente Frondizi no iba a cumplir, poniendo a Perón en su contra, para finalmente, por estar acorralado por el pueblo, levantarla antes de que termine su mandato como una especie de manotazo de ahogado.

El desarrollismo:

El objetivo del desarrollismo es pasar de una economía agroexportadora a una economía industrial. La clave para ello era la expansión “vertical”, es decir, la unión de las actividades de producción de insumos y bienes de capital a las ramas ya más extendidas. Este empuje, a su vez, hacia una “economía industrial integrada” reconocía una serie de prioridades. En primer lugar debía multiplicarse la producción de petróleo y gas, lo que permitiría, en poco tiempo, ahorrar dinero para dedicarlo a la inversión en otros rubros. Frigerio añadió esa aspiración en la fórmula “Petróleo + carne = acero + industria”; la capacidad de conseguir capital necesario para instalar las ramas químicas y de acero estaba dada por las posibilidades de exportación de carne y la sustitución de importaciones petroleras.

En política exterior, el líder radical se opuso a la exclusión de Cuba del sistema interamericano e, intentando oficiar de mediador entre Estados Unidos y el bloque socialista, el 18 de agosto de 1961, se entrevistó con Ernesto “Che” Guevara, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Tras la reunión, debió afrontar un planteo militar, evidencia del malestar que existía en las Fuerzas Armadas.

Con la renuncia de Alsogaray en 1961 y con los estudiantes, los empleados públicos, obreros y sindicatos en la oposición, ante elecciones cada vez más próximas, el presidente se decidió a dar un nuevo giro. Un hecho anterior obligaba a estar atento: los comicios de 1962 fueron un duro despertar. El peronismo ganó 10 de las 14 gobernaciones, entre ellas la estratégica provincia de Buenos Aires. Frondizi dispuso entonces la intervención de esa provincia. No fue suficiente. Pocos días después, el 29 de marzo Frondizi fue destituido por las Fuerzas Armadas y recluido en la isla Martín García.